El banco trabaja en productos basados en la tecnología blockchain. Su lanzamiento depende de tener
regulación 'fintech'.
Esto no quiere decir que el banco vaya a usar bitcoin, ni mucho
menos. Sino un protocolo que se está poniendo de moda en el mundo
empresarial llamado 'blockchain' y que es la base de bitcoin. Blockchain
es visto por muchos como el 'futuro' tecnológico que está por venir,
cuando realmente es más un presente que previsiblemente podrá será
desbancado por 'hash graph'.
De las cocinas o el laboratorio a la mesa. El Santander ultima productos específicos financieros basados en blockchain,
la tecnología utilizada para ejecutar las transacciones en
criptomonedas como el bitcoin, cuyo lanzamiento programa llevar a cuatro
de los mercados principales del grupo: España, Brasil, Reino Unido y México.
Tras años de conocimiento de la tecnología, sometidos a prueba de error y participar en su desarrollo, el paso que ultima es aprovecharlas en beneficio de sus clientes,
tal y como indicaron directivos del grupo en México recientemente, sin
desvelar el potencial o primer uso específico. Ahora bien cualquier
lanzamiento precisa de que lo permita una regulación 'fintech', donde el Gobierno azteca va en avanzadilla y está entre las prioridades del Ejecutivo en España.
La promesa del protocolo blockchain, inventado en 2009 por Satoshi Nakamoto, son grandes ahorros optimizando procesos y un refuerzo de la seguridad
porque impide alterar o eliminar datos de su archivo, convirtiéndolo
casi en inmune a ataques informáticos. La tecnología puesta a prueba con
éxito con las ya populares criptomonedas reinventa la manera de
autentificar las transacciones y permite su ejecución en tiempo real,
con transparencia en los precios y en la información entre los clientes.
Sería asimilable a la labor de un notario tecnológico puesto que su cadena de bloques configuran un registro de datos inmutable, controlados por los usuarios y no por intermediarios.
A lo largo de la cadena hay distintos eslabones o nodos encargados de
verificar dichas transacciones para validarl su ejecución -desaparece,
por tanto, el rol de verificador único que ejerce un banco, al
descentralizar el proceso en los diferentes nodos-.
Su máximo exponente ha sido el bitcoin, pero la banca ensaya proyectos en sistemas de liquidación y pagos transfronterizos,
el que podría ser uno de los primeros productos que llegue a
disposición del cliente bancario. Pero no necesariamente puesto que será
una pasarela igualmente válida para intercambiarse otro tipo de archivos no económicos como pueden ser las escrituras de inmuebles.
El
Santander lleva, al menos desde 2015, involucrado en distintos
proyectos internacionales sobre desarrollo del rupturista protocolo. Con
el arranque de 2017 fundó, junto a BBVA, UBS, Samsung, MasterCard o JP Morgan, la Ethereum Enterprise Alliance para rodar una plataforma equiparable al bitcoin, con la salvedad de que no solo sirve para rodar una moneda virtual sino que permite anexionar aplicaciones que registren contratos inteligentes.
Una
operación factible sería una compraventa entre dos particulares bajo
unas condiciones y tiempo, donde su ejecución solo se completa cuando el
sistema comprueba que ambos cumplen -por ejemplo, el dinero para
comprar un piso y la escritura de venta, se encuentra ‘depositado’ en el
sistema-.
En España se lanzó en junio la Red Lyra, de
cadena de bloques blockchain y la primera del mundo con participantes de
distintos sectores también con su involucración junto al Sabadell, BBVA,
Bankia, Cajamar, junto a Everis, Correos, Grant Thornton, Garrigues,
Roca Junyent, Iberdrola, Endesa, Gas Natural Fenosa, Ejaso, Notarnet,
Cepsa o Wordline.
El bitcoin y el resto de
monedas virtuales ha probado la fiabilidad de la tecnología y, pese a
que la banca parecería perjudicada al perder la ventaja de ser el único
agente que puede facilitar transacciones donde se mueva dinero, su
apuesta es decidida por las posibilidades que también ofrece.
Se precisa una regulación 'ad hoc'
Sin embargo para lanzar un producto al mercado cualquier banco necesita una seguridad jurídica a establecer por una regulación ‘ad hoc’ de la que hoy se carece en la mayoría de mercados.
En México la normativa Fintech que allanará el camino se encontraba
avanzada a finales de 2017, siguiendo su curso en el trámite
parlamentario.
Reino Unido lleva la avanzadilla en Europa,
siendo casi pionera en la creación de laboratorios o ‘sandbox’ donde,
bajo un régimen normativo específico, se prueban distintos proyectos
fintech. El Santander efectuó, de hecho, pruebas piloto en pagos
internacionales en el mercado británico en 2015.
Es también prioridad del Gobierno en España,
pero su intención de empezar a rodar campos de pruebas asimilables al
británico ha quedado relegado por la acumulación de directivas europeas
que urgía trasponer sin excesivo tiempo por el sobrecargo derivado del
pulso secesionistas catalán. El Tesoro ya había contactado, de hecho, a
entidades y potenciales startup de cara a su futura creación….Quizá con
su arranque lleguen los productos, hoy en recamara.
Origen aquí.
Fuente de noticias:www.lainformacion.com
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