Las copas en Marbella ya se pagan con Bitcoin

La discoteca Olivia Valère implanta el pago con este tipo de moneda para sus clientes de la mano de Coin Capital

Olivia Valère, la gran reina de la noche de Marbella, da un salto más en sus negocios de ocio nocturno. La empresaria acaba de ser pionera en la instalación del pago mediante bitcoin en su establecimiento.

Y lo hizo con una gran fiesta el pasado lunes al caer la media noche. Chicas explosivas, chicos esculturales, champán y una lluvia de dinero virtual fueron los principales acompañantes del primer pago en bitcoin en la noche de Marbella. Desde ese momento, a los clientes de Olivia no les hace falta llevar dinero en efectivo, ni tampoco sus más que bien nutridas visas. Solo con el móvil pueden correrse una de las jaranas más glamurosas y exclusivas de cuantas se viven en la Costa de Sol.

La discoteca, que en verano multiplica sus servicios con varios establecimientos más, permite pagar con criptomoneda gracias a un acuerdo firmado con la compañía Coin Capital, gestora de este tipo de servicio. «Somos analistas de mercados que informamos a los clientes y les ayudamos a hacer las transacciones», explica Armando Levy, consejero delegado de la empresa que suministra el servicio, y que asegura que la compañía colabora con la discoteca para ayudar a «aportar una presencia física que les ofrecerá más seguridad y confianza» en este tipo de transacciones económicas.

Con un simple «click» en el móvil se podrá abonar, mediante activos en bitcoin, los reservados o consumiciones. En el caso de Olivia Valère los reservados pueden estar en torno a los 3.000 euros por noche, dependiendo del caché del artista que actúa en la fiesta. Los grandes pinchadiscos siempre disparan los precios de los reservados. Pero no es el lugar más caro.

La empresaria suele abrir una terraza de verano, una especie de restaurante, discoteca preámbulo a la gran sala de fiestas, donde los precios para cenar y divertirse con una sesión de música electrónica con estrellas como Gianluca Vacchi puede estar por encima de estos precios.

Al igual que una de las grandes camas balinesas de NAO, su club de playa en el interior con vistas a la montaña de La Concha, donde 6.000 euros es el precio que pagan algunos príncipes árabes por estar junto a la piscina los días de fiesta diurna, en los que a la vista de muchos de sus súbditos solo beben agua y son cubiertos por toallas si algún europeo se pone a disparar champán. Precios que ahora podrán ser asumidos con una simple aplicación móvil y pagados con una moneda virtual que no para de revalorizarse.
Nuevos negocios

Bruce Willis, Gloria Gaynor, Barry White, Nikki Lauda, Naomi Campbell, Sean Connery, Camilo José Cela, la saga de los Iglesias al completo, realeza de todo el mundo, aristócratas europeos, vástagos de presidentes americanos y europeos o los protagonistas de las revistas del corazón en España han sido amigos de las fiestas de esta francesa, que llegó a Marbella en 1972 para el cumpleaños de su amiga Kimera, esposa de Raymond Nakachian.

La discoteca se ha convertido con los años en una de las más lujosas y que más personajes ha concitado en su pista de baile y en su zona vip, algo que también ha atraído a las grandes fortunas a la hora elegir el lugar para sus celebraciones.

Pese a llevar tanto tiempo dominando el mundo de la noche en Marbella, siempre se ha reinventado. Fruto de ello, los nuevos negocios que cada año abre con la terraza y el club con la piscina central, encaminados en gran parte de la semana a un turismo familiar.

Pero también su apuesta por los grandes «disc-jockeys» del momento. Olivia Valère apuesta desde hace años por los nombres que brillan en Ibiza, Miami, Dubai o Saint-Tropez. No escatima en gasto a la hora de promocionar su negocio. Suele decir que lo pagado en el caché de un «DJ», como Paris Hilton, lo saca en promoción del establecimiento, más que los ingresos de esa noche.

Ahora vuelve a la carga con una nueva fórmula de pago, cuando los grandes clubes de playa de Marbella, donde se celebran las fiestas con los gastos más importantes, mostraron el verano pasado su preocupación por la nueva «Ley Antiblanqueo», que obliga a este tipo de establecimientos a identificar a los clientes que abonen cuentas superiores a 1.000 euros.

Hecho que les había generado problemas con algunos clientes y que les obligaba a fraccionar cuentas, entre otras medidas, para no perder a esas clientelas que pueden gastarse hasta 50.000 euros en un cumpleaños, según los gerentes. 

Precisamente mensajes en esta línea no vienen muy bien al mundo cripto, ya que están utilizando las criptomonedas para blanqueo, diciéndolo sin tapujos y esto es el principal motivo por el que los gobiernos son tan reticentes a aceptarlas.

Origen aquí.
Fuente de noticias: sevilla.abc.es

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