Bitcoin ya está en la calle, a la vuelta de la esquina, y no hacen falta cantidades millonarias para comprar la moneda. Desde 20 euros en los cajeros físicos y desde 250 euros en los cajeros humanos. Aquí está su funcionamiento paso a paso.
Desde fuera parece una tienda de telefonía, una de las miles que hay repartidas por toda España, y en realidad lo es, porque se venden teléfonos móviles, tarjetas y accesorios, pero hay algo que marca la diferencia en los establecimientos de la firma BitPhone, los cajeros físicos de bitcoin. Se podrían casi confundir con los cajeros de cualquier banco, pero estos no aceptan tarjetas de crédito y son la puerta de entrada a la famosa moneda virtual que tan de moda está ahora mismo.
Hace unos años, solo los expertos o los muy introducidos en la informática o las finanzas sabían qué era una criptomoneda, pero la fuerte subida que ha experimentado bitcoin ha propiciado lo que se suele conocer como el salto de 'Wall Street a Main Street', es decir, la popularización entre el ciudadano de la calle de complicados conceptos financieros. La razón es la de siempre, dinero llama a dinero. En febrero del año pasado, un bitcoin valía algo más de 900 euros, pero en diciembre alcanzó un máximo de 15.528 euros, es decir, llegó a subir un 1.625 por ciento en menos de doce meses, demasiado bueno para no resistirse. Y justo entonces la criptomoneda dio el salto al mercado de futuros y se puso a tiro de los grandes inversores, los que pueden invertir fuertes cantidades pero a ambos lados del mercado, el corto y el largo, es decir, con posiciones bajistas.
A todo ello se ha sumado un rosario de advertencias sobre los peligros de invertir en bitcoin, como el que lanzó la CNMV al indicar que la inversión en criptomonedas «tiene considerablemente menos protección para los inversores que los mercados de valores tradicionales, con los consiguientes mayores riesgos de fraude y manipulación». Y el efecto depresivo sobre la popular moneda no ha tardado mucho en hacerse notar. A fecha de cierre de esta edición, un bitcoin valía 8.147 euros, o un 47 por ciento menos que el máximo de diciembre. Pero hay un hecho cierto que ya no se puede cambiar, bitcoin está en la calle, en las tertulias, en las noticias, a la vuelta de la esquina, literalmente.
El proceso
La primera gran confusión que ha podido frenar a muchos interesados es el precio nominal de bitcoin, 8.147 euros. ¿Quién tiene esta cantidad para empezar a invertir? Lo cierto es que no hace falta tenerla, porque uno puede convertirse en propietario de bitcoin (o de una pequeña porción) desde 20 euros, al admitir bitcoin un fraccionamiento de más de diez decimales. El procedimiento es muy sencillo, y en las tiendas de BitPhone prestan la asistencia necesaria. «Cada cliente tiene que tener un wallet o monedero para poder comprar y vender bitcoin, es lo primero para empezar», apuntan desde el establecimiento de la calle Cavanilles 18, en Madrid. Y el procedimiento no puede ser más sencillo. Una vez descargado el wallet (solo piden un email que se debe confirmar) el propio monedero genera un código 'QR' que se muestra a la cámara del cajero; a continuación, se introducen los billetes por el importe de la compra, y en unos segundos, el monedero ya refleja en pantalla el importe en euros de los bitcoin comprados, descontadas las comisiones.
Para sacar dinero, el procedimiento es el mismo pero al revés. Se genera un código 'QR' que el cajero escanea y la propia máquina devuelve los billetes. Las operaciones son anónimas para importes inferiores a 1.000 euros, pues la ley no obliga a identificar al cliente para menos de esa cantidad. Además, en BitPhone siempre dejan claro al cliente lo importante que es la seguridad en este tipo de transacciones. «Cada cliente es su propio banco, por lo que debe hacer un backup, una copia de seguridad del monedero», explican. ¿Y qué perfil de clientes están comprando ya bitcoin? Pues lo cierto es que hay de todo, apuntan en BitPhone, «desde quien quiere ganar dinero fácil hasta quienes creen de verdad en bitcoin y además están descontentos con su banco». Y hay desde jóvenes que fueron mineros de bitcoin hasta señoras que ya han pasado los 60 años. Es el efecto llamada. En un año, «se ha multiplicado por 50 la gente interesada en bitcoin», explican. Y es curioso, recalcan en el establecimiento, «porque cuanto más subía bitcoin, más quería comprar la gente, y ahora que está parado, compran menos».
Lo que si es cierto es que los cajeros de bitcoin que encuentran en estas tiendas son de uso rápido y anónimo, con el límite de los 1.000 euros. Además, también existe la figura del cajero humano, un empleado que realiza las gestiones de compraventa de bitcoin a instancias del cliente, aunque en este caso se exige una compra mínima de 250 euros, que se pueden abonar con tarjeta de crédito. El gasto en comisiones es quizás uno de los talones de Aquiles del sistema, pues la empresa cobra un 10 por ciento para las operaciones de compra, y un 4 por ciento en las de venta. Es decir, si un cliente viene a comprar bitcoin, de cada cien euros le entregan 90, y cuando viene a vender, si quiere recibir 100 euros, tiene que entregar bitcoin por valor de 104 euros. Eso sí, la empresa paga sus impuestos y las tasas de los mineros, que al principio eran mínimas, pero ahora se han disparado con la popularización de la criptomoneda.
Origen aquí.
Fuente de noticias: www.finanzas.com
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